Camping familiar pero bien cuidado y a poca distancia de la playa y el pueblo.

Estancia muy agradable, cerca de Oporto. Buen ambiente y entorno. Personal atento y servicial. Los aseos aunque limpios necesitan una actualización.

Estuvimos dos noches en el cámping a finales de abril. En recepción fueron muy amables y nos orientaron muy bien respecto a la visita a Oporto en el metro, que se coge en una parada que queda a unos veinte minutos del Cámping y también de rutas por naturaleza -caminando por pasarelas de madera para proteger el sistema dunar- o de caminatas más largas -hasta Póvoa de Varzim, donde llega también el
metro de Oporto- siguiendo el Camino Portugués a Santiago.
En el Cámping nos acompañaron hasta la parcela y se encargaron de enchufarnos la luz. También nos ofrecieron una invitación en el
bar. Hay que destacar el supermercado, en el que además del pan diario y lo que puede esperarse de una tienda en un Cámping, pueden comprarse frutas y verduras de temporada y vinos de la zona a precios muy razonables.
Está bien situado, cerca de la playa y en un pueblo con bastantes bares y restaurantes, donde se puede comer muy bien a precios asequibles.
Lo único que se puede apuntar como negativo es el ruido de los aviones que salen del aeropuerto de Oporto.

Carece de instalaciones deportivas. Tiene muchos residentes pero suficiente espacio sobre césped para las autocaravanas. El personal de recepción es amable y los precios son económicos aún en temporada alta. Buenas playas con senderos peatonales y de acceso a las calas. Pequeño caladero de lanchas de pescadores. Se puede comprar pescado fresco.